
Combatamos la mediocridad. Por favor.
Ya se nos vino Julio en mala onda.
Y cuando ya llegó el frío y la noche y prendo la tele en el prime, entre las noticias y Netflix... veo la tanda actual y me cuesta no fruncir el ceño.
La misma música de siempre.
Los mismos textos genéricos con olor a “copy-paste”. Ese mismo tono pretendidamente inclusivo pero vacío. Con ese maldito formato que todos adoptaron a lo "Para todos" de Coca-Cola (una pieza genial, pero que se ha copiado hasta el hartazgo) a lo runrún:
"Si eres así... si eres asá. Si eres así... si eres asá.... Producto.
"Para los que blá. Para los que blá. Para los que blá... producto.
"Yo creo que pin. Creo que pon. Creo que pun. Producto".
Agh.
Así que siento que la tele no le habla a nadie.
...
Pero entonces veo esta maravilla de campaña de Ikea, que salió hace algunos días.
Simple.
Silenciosa.
Minimalista.
Hermosa.
Una cámara que recorre objetos cotidianos, con textos tan humanos, tan bien escritos, que te arrancan una sonrisa o un nudo en la garganta.
En serio.
Porque no te venden algo.
Te cuentan una historia.
Una vida.
Un vínculo.
“Lampara (precio)... que lo mantiene despierto. Aunque es pasada la medianoche
y su hija tiene 19 y es lo suficientemente grande como para cuidarse...
Pero es todo lo que tiene. Y todavía queda café en el Jarro (precio)
Ikea. Made for life.
Uf.
Dime si no es una maravilla.
Y en medio de tanta pirotecnia vacía, de tanta idea que no se moja ni arriesga…
yo vuelvo al querido y enorme George Lois, que dice:
“Nuestro trabajo principal, como publicistas,
es luchar contra la mediocridad.”
Y pucha que tiene razón.
Todavía hay quienes luchan. O luchamos. Quiero sentirme en ese grupito. Y quiero sentir que mi agencia hace también esa milla extra para que, como bien me enseñó alguien alguna vez, "si vas a trasnochar por tu trabajo... que valga la pena".
Hagamos que valga la pena.
Como estos creativos.
Como este cliente.
Como esta marca.
Como esta idea que es una maravilla.